Los aborígenes canarios vivían principalmente de la agricultura; utilizaban palos y cuernos de cabra para remover la tierra y construían acequias para llevar el agua hasta los huertos.

Los primeros habitantes de Canarias cultivaban, sobre todo, cereales como la cebada y el trigo; la cebada se adaptada mejor al suelo canario que otros cultivos, por lo que su producción era mayor. El trigo y la cebada se tostaban en un molino de piedra; así obtenían gofio, una harina que consumían mezclada con leche, miel o manteca.
Estos primeros pobladores canarios también cultivaban legumbres (lentejas y habas) y ñame, una planta cuya raíz es comestible.
En Canarias se conservan numerosos silos o cámaras que servían como almacén de cereales.
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